martes, 24 de julio de 2018

Llega la noche

Llega la noche y vuelven mis fantasmas. Sus voces suenan a terciopelo, a uña hiriendo una pizarra. 

Vuelven como el viento frío sobre el mar, como la boca del caballo a la espuma. Vuelven con sudor de parto del cuerpo opaco que llaman padre, del cuerpo opaco que han moldeado hasta poderlo llamar hijo.

Son viejos mis fantasmas. Creí que eran fuego, diente, soga. Pero son sombra. Y la sombra no quema, no muerde, la sombra no ahoga.

Son viejos mis fantasmas. Se cansan más que antes. Adiós. Vuelven las sombras a acostarse a mis pies para resucitar puntuales cuando decline el día. Adiós, estrellas negras, mariposas de luto enjoyadas.



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